Unidos los poetas por un mundo mejor
componen un soneto trovador de la paz.
Estudian alfabeto buscando el más veraz
final de las cuartetas que suene cual clamor.
«Fue una comida eterna; no tenía principio ni fin. »
Francisco de Quevedo- Relatos
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sábado, 10 de diciembre de 2011
Rima CIII
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