¿Cuántas veces durmió tu rostro hermoso
en calma, entre mis cálidos abrazos?
¿Y cuántas veces tus manos heladas
rechazaron a un hombre enamorado?
¿Cuántas veces sintió tu labio el beso
que con mi hábil calor le había dado?
¿Y cuántas veces tu boca en silencio
calló, a mi sed querida rechazando?
Y ahora tus manos, ¿dónde se abrazan?
Y ora tu boca, ¿dónde busca al labio?
Al vacío... al silencio. Un llanto escucho.
Luego me giro. Vuelvo tras mis pasos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario