Dentro de tu alma he visto
un pájaro volar;
parecía una nube
directa hacia la mar.
Las olas en tus ojos
comienzan a arreciar,
y en tus labios sabrosos
resplandece la sal.
Y mientras ese pájaro
se eleva hacia el final,
yo me quedo a lo lejos
como un puntito más.
Si el ave vuela dentro del alma, el cuerpo limitará el espacio en el que se eleva.
ResponderEliminarLa prefiero fuera...
Un abrazo